En menos de una semana, grandes empresas especularon con la comprar de dólares y se apropiaron de casi ocho mil millones de dólares, una décima parte de las reservas del Banco de México.
“Los delincuentes de cuello blanco” perjudican al pueblo y a la nación mexicana, pero son defendidos por sus mansos empleados, quienes ni revelarán sus nombres y mucho menos actuarán legalmente en contra de ellos.
México es un país muy rico, ha venido enriqueciendo a depredadores, grandes y pequeños, desde Hernán Cortés hasta Carlos Slim. Para que se tenga un a idea de la riqueza del país y de la avaricia de los delincuentes, el Banco Interamericano de Desarrollo pone a disposición de los gobiernos de América Latina, casi once mil millones de dólares para enfrentar la crisis en el continente, cuando en México el gobierno les “ofrece” ocho mil millones para saciar su apetito especulativo.
El gobierno pide al pueblo que se una contra la delincuencia y que denuncie. Pero Felipe Calderón y sus secuaces, protegen a sus amos y mecenas, los delincuentes de cuello blanco. El gobierno de Calderón a optado por criminalizar las protestas ciudadanas y está usando todo el poder y peso del Estado para reprimirlas ferozmente. Pero a los delincuentes de cuello blanco se les protege y se les sirve con indigna mansedumbre.
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