martes, 27 de enero de 2009

¿POR QUÉ SE SUICIDAN LOS JÓVENES DEL MUNDO?


En México el año pasado se suicidaron 4500 jóvenes. Esto representa una señal de alarma muy grave para la sociedad y el Estado. Los jóvenes, no se suicidan porque no quieran vivir, sino por que no pueden vivir, en un mundo que los rechaza y maltrata. Porque no tienen opciones ni encuentran oportunidades. Porque no tienen valores ni paradigmas verdaderos para vivir. Pero esta situación es global, en países ricos y pobres. Los resientes estallidos sociales de la juventud se dan, lo mismo en Francia, Grecia o que en Chile.


El origen del problema nace del poder global de los dueños del dinero. En efecto, los “mercaderes” han sumido a la humanidad en uno de los procesos más oscuros y necrófilos de la historia. El culto al “becerro de oro” ha contaminado a la humanidad y al planeta. Todo se ha corrompido todo. Nos ha envenenado. Los jóvenes son usas y explotados, ricos y pobres, en la escuela o en la calle, solo son "puro negocio".


Cuando el hacer dinero es el valor supremo de lo humano. Cuando “la libertad es total y absoluta” para hacer dinero por cualquier medio, todo pierde su esencia y su significado original. El dinero hoy mueve al mundo.


Sí la alimentación es un negocio y no una fuente de energía. Sí la medicina no es un medio para generar bienestar y salud, sino dinero. Sí la educación no es un medio para formar y superar a la sociedad, sino un lucrativo negocio. Sí la organización social y la política dejan de ser el medio por el cual los seres humanos vivan en armonía y multipliquen sus posibilidades, y pase a ser un fuente ilícita para hacer dinero. Sí el Estado sirve solo para apoyar a los que tienen dinero para hacer más dinero por encima de la ley. Sí la religión es un medio para tener poder y dinero, sí los medios masivos sirven para embrutecer, enajenar y mercar. Sí el deporte y el esparcimiento pasan a ser un lucrativo negocio. En síntesis, sí todo pierde su esencias y pasa a ser solo un medio para “obtener dinero”. Y sí a todo esto se pierden los valores éticos, morales y espirituales; la sociedad y el Estado pierde su razón de ser. Las personas, las familias, los pueblos y los gobiernos viven solo pensando en “tener dinero y comprar”.


Esto no sería tan grave sí, los adoradores del “becerro de oro” les diera a todos la oportunidad de “tener dinero”. Pero como lo hemos venido constatando, el neoliberalismo y la globalización, lo único que han hecho es concentrar en muy pocas manos todo el dinero. Destruyendo a la sociedad y a la naturaleza. Contaminando el medio ambiente y contaminado espiritualmente a las personas. Y el culto al “becerro de oro” ha demostrado su fracaso con el actual colapso financiero y económico “del mundo libre”. Pareciera que su objetivo no fuera hacer dinero, sino daño a la humanidad.


Lo grave del problema es que esta dinámica ha hecho quebrar a la economía de mercado, y hoy ni siquiera ofrece la oportunidad de darle trabajo a la gente. En efecto, cada día existen menos posibilidades de encontrar trabajo y cada día los pocos trabajos ofrecidos son míseros y mezquinos, en el que la explotación y la evasión de las responsabilidades de la seguridad social es burlada por los dueños del dinero, para hacer, más dinero.


La expectativa de trabajo de un joven que ha terminado sus estudios a los 25 años es tan solo de 10 años, porque en “el mercado laboral”, a los 35 años los desecha por viejos. En México las condiciones para los jóvenes son aún más difíciles. Cada día les ofrecen más cosas que consumir y cada día les dan menos oportunidades para trabajar. Los jóvenes viven en permanente estado de frustración e insatisfacción. No tienen posibilidades de estudio, no tienen posibilidades de trabajo y cada día los medios masivos les exigen que compren y que tengan, para “ser alguien en la vida”.

De los 45 millones de personas que deberían tener un puesto de trabajo en México, el 70 % no lo tiene y sobrevive en el subempleo o de plano solo ve tv. Después de Haití, México es el segundo país en América con mayor injusticia en el reparto de la riqueza, pero tenemos al hombre más rico del mundo, el libanés Carlos Slim. Se ha impuesto una cultura caníbal de explotación deshumanizada, donde la corrupción y la impunidad, tanto en el sector gubernamental como en el de la iniciativa privada, rayan en el cinismo más vergonzante.


Los jóvenes de México, que son nuestros hijos, no tienen futuro ni oportunidades, razón por la cual se están suicidando violentamente o pasivamente a través de las drogas o la vida degradada. Esa es la verdad que nadie quiere encarar. El problema del país (y del mundo) no es económico, sino de VALORES HUMANOS.


Nos hemos entregado irresponsablemente al culto del “becerro de oro”. Y cuando digo, “nos hemos”, me refiero no solo a los empresarios y gobernantes, me refiero a usted y al que escribe, a los ciudadanos de este país que hemos permitido esta impune pérdida de valores… al ser, nosotros mismos, los cómplices silenciosos, los cómplices “hormiga” de esta tragedia.


Se requiere detener esta dinámica social suicida. Sabemos que no lo hará el gobierno, que está al servicio de los intereses del Mercado y el capital, menos aún los grandes empresarios y las corporaciones, que son parte del problema. Lo tenemos que hacer los ciudadanos en nuestra vida personal. Tenemos que decir ¡ya basta! al culto del “becerro de oro” en nuestra vida cotidiana. Dejar de pensar en comprar y poseer, poseer y comprar, en tener dinero. Entender la vida y el mundo de otra manera, en dejar de ver tv y dejarnos enajenar por los medios.

Tenemos que volver a “nosotros mismos”, a nuestra familia, a nuestras ancestrales tradiciones y costumbres, a nuestros valores familiares y sociales con los que nos educaron nuestros padres y abuelos. Tenemos que encontrar de nuevo el camino “de lo humano”, de lo divino y sagrado de la existencia.

No es un sueño, es algo posible en el perímetro de nuestra vida íntima y familiar. Sin tratar de cambiar el mundo, los sistemas o los gobiernos. Sí cambiamos en lo personal, cambia el mundo. La fuerza del Espíritu es la gran debilidad de los adoradores del “becerro de oro”. Los jóvenes de México y del mundo, nuestros hijos, merecen un mundo mejor. Más justo y humano. Debemos luchar por ellos.

martes, 13 de enero de 2009

TEOTIHUACAN...la punta del iceberg


El problema de la agresión a Teotihuacán, es solo la punta de un inmenso iceberg que tiene que ver con la noción de Nación y de patrimonio cultural, de los criollos en el poder y su visión neocolonialista del país.


Refleja también, el poder que tiene el Mercado sobre el Estado y el rol que juegan los gobernantes de los tres niveles, como empleados y promotores de los negocios de los “mercaderes”, que no tienen límite en su depredadora ambición de hacer dinero a través de lo que sea.


Pero lo más importante, es una amplia ventana que nos permite conocer el verdadero valor que para el Estado criollo, representa la historia y la civilización primigenia de lo que hoy es México. En efecto, el Estado criollo nuca ha aceptado la presencia de la civilización del Anáhuac como parte fundamental de lo que hoy es el pueblo de México en estos doscientos años “independientes”. Igual que lo hicieron los españoles durante trescientos años en el periodo colonial. Para los que tienen el poder económico y político del país, México surge en 1821, lo demás es la prehistoria de la patria criolla amamantada, siempre, por “la Madre patria” extranjera.


La colonia es el pasado del “México neocolonial” y los siete mil quinientos años de historia indígena, que crearon una de las seis civilizaciones más antiguas del mundo, es en la historia oficial, un periodo escuro y vergonzante, de “tribus primitivas en constantes guerras e inmersos en tumultuarios sacrificios humanos, que, gracias a la llegada de la civilización occidental y a la religión”, se pudo extirpar a los nativos de esos atávicos vicios y bajezas. No en vano los panuchos en el poder, desde Fox, quitaron de la enseñanza secundaria, la historia antigua de México.


Para los criollos y extranjeros en el poder económico y político del país, las zonas arqueológicas y éste pasado, es solo un medio para hacer negocios y crear riqueza “para ellos”. El patrimonio cultural intangible venido de la civilización del Anáhuac, o no existe o es atraso, que televisa y tvazteca, están afanosamente tratando de borrar, para crear al “nuevo mexicano”. Un ser ignorante, vulgar, sin identidad y sin tradición, “moderno”, enajenado y deseoso de consumir todo lo que le manden.


El verdadero problema del patrimonio cultural del pueblo de México, no es la destrucción que están realizando los funcionarios que apoyan y cobijan a los empresarios, sea imponiendo sus proyectos turísticos de luz y sonido o sus tiendas y zonas comerciales. Ni tampoco, los criterios de exploración y restauración, que pretenden crear a marchas forzadas, muchos “disneylandias prehispánicas” para hacer dinero. El verdadero daño a la cultura y la identidad del pueblo, es la destrucción y desvaloración que se ha venido haciendo durante cinco siglos del PATRIMONIO CULTURAL INTAGIBLE del Anáhuac.


En efecto, el patrimonio cultural tangible (zonas arqueológicas) se refiere a los objetos, que son producidos por el patrimonio cultural intangible (los sujetos), y este es el punto, amable lector. Desde 1521 los valores de la civilización invadida, sus conocimientos, sentimientos, creencias y sabiduría acumulada por miles de años, ha sido brutalmente negados, destruidos y menospreciados; acaso solo explotados “turísticamente”.


Los hijos de los hijos de la civilización invadida, son ahora los más pobres, los herederos directos de éste patrimonio, además de los llamados pueblos indígenas, son todos los millones de mexicanos que son cultural y morfológicamente descendientes de aquellos que un día construyeron Teotihuacán. Son campesinos, jornaleros, albañiles, desempleados, vendedores ambulantes, mil-usos, empleados de salario mínimo, obreros. Una inmensa mayoría silenciosa y explotada que representan el corazón del pueblo de México, y que hoy, viven alejados e ignorantes del patrimonio cultural INTANGIBLE que les legaron los constructores de las llamadas zonas arqueológicas.


La agresión más grave que sufren los mexicanos, es a su patrimonio cultural intangible. La estrategia de negación y valoración de la herencia indígena, ha condenado a los descendientes de los pueblos originarios a vivir en la ignorancia de lo más valioso que poseen. A través de esta ignorancia, los conducen a vivir como explotados extranjeros incultos en su propia patria. Su pobreza material se sustenta en la ignorancia de su riqueza cultural y espiritual. El daño mayor, no es a las piedras, sino a “los rostros y corazones” de los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos.


Pueden los criollos destruir todas las zonas arqueológicas y saquear todos los museos. Mientras la enseñanza de Quetzalcóatl y los toltecas sigua viva en las mentes y los corazones del pueblo. Mientras la Toltecáyotl guie los actos y sentimientos de las personas, las familias y los pueblos, tendremos FUTURO.
Porque el futuro, se encuentra justamente en la sabiduría del pasado, no en las piedras y objetos.


La Toltecáyotl representa la suma y decantación de la experiencia y sabiduría de ocho mil años de historia de nosotros mismos.

viernes, 2 de enero de 2009

QUINCE AÑOS, Y LA LUCHA APENAS INICIA.


Los pueblos indígenas llevan siglos enteros de resistencia cultural por sobrevivir, primero a una invasión y después a una explotación permanente durante los últimos 490 años. En la que se les ha desposeído no solo de sus tierras, recursos naturales, su cultura, su idioma, sino lo más importante, a su derecho a vivir, pensar y sentir.


Los primeros trescientos años por la cultura colonizadora de los gachupines y en los últimos ciento noventa años, por la cultura neo colonizadora de los criollos. Sin embargo, desde hace quince años los indígenas mayas de Chiapas han externado un sonoro ¡ya basta!


El movimiento zapatista es muy importante, no solo a nivel nacional, sino internacional. Nacionalmente es el primer estallido social indígena que se ha convertido en un movimiento compartido por algunos grupos en todo el país, ha renunciado a las armas y no busca el poder.


Pero sobre todo, es el primer movimiento indígena que ha recibido el apoyo de las instituciones, públicas y privadas más avanzadas de occidente. Los principios del zapatismo son de carácter universal y luchan por un mundo más humano y justo, su camino es la organización comunitaria y la autodeterminación. Estos principios están inspirados en la sabiduría del México antiguo. No vienen del trasnochado marxismo o del patético anarquismo.


Esta es la razón por la cual, el zapatismo ha encontrado en el poder económico global, a su más poderoso enemigo. En efecto, el zapatismo es una nueva alternativa, que nace de una civilización muy antigua, por tratar de construir un mundo más humano. El neoliberalismo y la globalización económica se sienten amenazados. No son las armas, sino las conciencias las que pueden cambiar la realidad, las que pueden detener el abuso y la enajenación.


Recientemente el comandante David declaró a la Jornada (2-01-09) “Los zapatistas, los pueblos indígenas que nos propusimos luchar por un mundo mejor y más humano, empezamos a ser más perseguidos y golpeados en todos los aspectos por los malos gobernantes de nuestro país, los poderosos y los partidos políticos”.Este es el punto, “TODO EL SISTEMA”, local, nacional e internacional, está en contra de que los pueblos digan ¡ya basta! a una forma equivocada y embrutecida de vivir en el consumo irracional, en la depredación de la naturaleza y en el embrutecimiento de los pueblos.


El zapatismo no solo lucha por los derechos de los pueblos indígenas, sino por todos los pobres y explotados del mundo. Por las víctimas de la voracidad de un puñado de poderes económicos supranacionales, que están conduciendo al mundo entero a una severa crisis, que está poniendo en peligro, no solo la existencia de la humanidad, sino la vida misma del planeta.


Para los zapatistas, su principal arma es la conciencia personal y la organización comunitaria. Los pueblos mayas que están luchando por un mundo mejor, han sido ferozmente agredidos por el SISTEMA GLOBAL, comenzando por los medios masivos, que han tratado de que el pueblo en general, no entienda y dimensione la propuesta zapatista.


No solo son los caciques y los funcionarios abusivos locales, y los gobernadores y presidentes de Chiapas y México, sino de pueblos indígenas vecinos que han sido cooptados por el Sistema. Todos están en contra del movimiento zapatista…y sin embargo, sigue vivo, vigente y vibrante después de 15 años.


Y este es el punto, amable lector, eso nos demuestra que el SISTEMA GLOBAL, no es tan poderoso como pretende mostrarse. En efecto, cuando un pueblo se conscientiza y se organiza; el poder económico, político y MILITAR, fracasan y son derrotados. Afganistán, Irak y Chiapas, son ejemplos, la diferencia es que el zapatismo ha abandonado las armas y eso lo hace un enemigo más difícil de vencer.


La otra gran arma que tienen los insurgentes indígenas mayas, además de la justicia y la razón, es el tiempo. Quince años no es nada para el tiempo indígena, que lleva más de ocho milenios de experiencia y sabiduría humana en el planeta.